jueves, 20 de marzo de 2014

LA PLATA SPOON RIVER Antología sobre la inundación


LA PLATA SPOON RIVER

“El 2 de abril de 2013 la ciudad de La Plata se inundó luego de un fuerte temporal. Dos de los arroyos que atraviesan la ciudad en sus márgenes desbordaron su cauce. En el centro urbano el agua alcanzó los dos metros de altura, arrasando con plazas y avenidas. El Servicio Meteorológico Nacional informó que 181 milímetros cayeron entre las 18 y 21 horas. La elevación del nivel del agua tuvo su origen principal en la magnitud de una tormenta extraordinaria que azotó a la provincia de Buenos Aires y a la Capital Federal; sin embargo, el desastre en la ciudad de las diagonales fue consecuencia de una flagrante imprevisión humana. (…)

La dimensión de la catástrofe ocurrida en La Plata y alrededores conmovió a todo el país por varias semanas, y puso en evidencia que las pérdidas irreversibles obedecieron a una conjunción de factores entre calentamiento global, condición climática, políticas vacías de gestión, riesgo no previsto, formas inocuas de salvataje, y negación de las consecuencias fatales. Luego del 2 de abril el gobierno provincial oficializó un listado con el nombre y apellido de 51 personas fallecidas como consecuencia de la inundación. Con el correr de los días, el mismo gobierno pretendió dar por cerrada aquella cifra. (…)

La antología que aquí presento nace como destello la mañana del 5 de abril, mientras ayudaba a llevar alimentos y colchones a familias damnificadas que habían perdido todo menos la esperanza. Continuó tomando forma en mi cabeza por la tarde, camino a la Morgue para colaborar con un juez que buscaba dar con la verdadera cifra de personas fallecidas como consecuencia del temporal. Finalmente adoptó entidad en mi casa, la noche de ese mismo día, frente a un libro que había leído hacía ya tiempo, y al que volví empujado por aquellas circunstancias. Me refiero a Spoon River Anthology, del poeta y abogado Edgar Lee Masters. (…)

La convocatoria hizo que muchos se entusiasmen de inmediato con la propuesta, algunos pocos se opusieron ante la incorrección de “usar” el nombre de los muertos sin permiso. Otros se disculparon
ante su imposibilidad de colocar su voz en ese lugar. Narradores probaron ocasionalmente con la poesía. Lo cierto es que la mayoría de los escritores y escritoras convocados se mostraron interesados y lo vieron –así surge de los poemas– como cierta forma de reivindicación. Incluso poetas que no suelen vincularse a la llamada “poesía política” y que denostan tal caracterización, por el marco de la propuesta a la que se plegaron interesados, asumieron ese tono sin caer en la indignación. Con lo cual tiendo a creer que gran parte de la poesía que se escribe en este momento ha perdido su potencia disruptiva, por ausencia de una verdadera propuesta o relato interpelativo que la contenga.

Salvo que el poeta lo crea necesario, la poesía no pide permiso para titular un poema de determinada manera. La poesía irrumpe, es. Más cuando el poder niega el lugar que le cabe a esos nombres y el poeta entonces los pretende afirmar. Es decir, homenaje justo el poema, y no sacrilegio. La incorrección en la devolución de la voz que no está. Epitafios que inventan, reconstruyen perspectivas de quiénes fueron los muertos o quienes pudieron haber sido sin serlo. Los resultados a la vista dejan ver un mosaico de tonos, maneras, acercamientos y distancias. La mirada, la palabra posible, un monólogo de último momento o simples lugares imaginados por escrituras que, aunque no conocieran a la persona a la que referencian por título, asumen con respeto esas vidas que no debieron perderse por motivos evitables. (…).”

JULIÁN AXAT



Libros de la talita dorada,
Colección Los detectives salvajes / 17
City Bell: De la talita dorada, 2013. 56 p.
ISBN 978-987-1918-09-6

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