sábado, 15 de diciembre de 2012

JOSÉ MARÍA PALLAORO Una medida adecuada a todo



SI LA POESÍA asume protagonismo como metáfora de la política, será ella quien monte la proa del ahora para dar testimonio de lo que pasa. Y hacia dónde vamos y de dónde venimos. Otra vez este lugar común para referirnos a lo profético –pienso– pero... en un mundo atribulado por los índices de dioses falsos y escaparates sacros, la voz de los poetas será el agua. Y el fuego. Y el aire. Y será tu voz. José María se nutrió de aquel existencialismo de los ’50, pero, adolescente, atraviesa los ’70 pelilargo y andante y aprende a rasguñar piedras, correr calle abajo rodando-rodando y a encender un fósforo detrás de los espejos para reconocerse en una generación hecha jirones bajo la bestialidad neolítica. Es necesario redescubrirse, parece decirnos, bajito, para que se sienta.

Gabriel Impaglione

JOSÉ MARÍA PALLAORO Son dos los que danzan




QUÉ AGREGAR, por ejemplo, a “El poder de una palabra/no radica en la voluntad de poder// decir aquello/ que los demás/quieren escuchar// El poder de la palabra//es un certero golpe/en la cabeza del silencio//Y de esa cabeza/–estallada en/ el aire–se arma el mundo//a imagen y semejanza?”. Nada, pues, de concesiones al lector o a la facilidad de ese discurso poético que tiende a la comodidad o pereza mental del destinatario; no, pues a la complicidad complaciente con lo ya sabido, sino al desafío que implica poner en tela de juicio nuestra visión del hombre y del mundo. O, ¿de qué modo glosar esta ubicación del hombre y del poeta en la realidad que aparece en versos como “Ser uno/entre tanto otros //Pensar/nuestra pequeñez/como lo más importante/que nos pudo haber pasado” o “Palabras /que no invadan/ al otro//Tan solo palabras/para mirarse/ en el otro”, o estos delicados versos que nos trae reminiscencias de Vicente Huidobro: “Escribo/ sobre el charco/azul//palabras//que se hacen nube//y lluvia”. O qué más decir de esta verdadera profesión de fe en la poesía, que Pallaoro considera su refugio en el mundo: “Convertiré mis manos/ en hojas de fuego// para que vuelen// incendiaré la noche/ con palabras”.


Juan Octavio Prenz

Tatuaje en el viento / 12
Son dos los que danzan
José María Pallaoro
ISBN 978-987-1918-01-0
Libros de la talita dorada, 2012